25 ago 2010

buena hornada

















Aixa y su hija comprueban el buen resultado de la cocción; el horno, un hoyo cerrado con estiércol de vaca seco y tierra. El humo ha flotado toda la noche en el valle del Rif, empujado por el shergui, el viento que viaja desde el oeste, dejando a cambio unas cien piezas de uso doméstico perfectamente cocidas, levantadas a churros, engobadas y decoradas con manganeso y hierro.  El verde de fondo... no todo es trigo.




Decora con pincel de pelo de cabra; todo el proceso se mantiene prácticamente igual que en el neolítico. Es un oficio duro y exclusivamente en manos de mujeres, que muere por falta de relevo. Las decoraciones pueden ser muy diferentes de un douar (pueblo) a otro, aunque estén a muy poca distancia. No hay palabras para describir la bondad de esta familia...y la de su comida...  excusas pa  bajarse al moro




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